Dredge Review: Criptoictiología aplicada

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“… y en todas las épocas y océanos, declararon la guerra perpetua a la más poderosa masa animada que ha sobrevivido el Diluvio, la más monstruosa y la más montañosa.”

Como salido de entre la bruma marina, el estudio Black Salt Games publicó Dredge a fines de Marzo casi sin fanfarria previa, pero gracias a una jugabilidad simple y adictiva y una “puesta en escena” fantástica, rápidamente se ganó el aplauso de la crítica y de los jugadores. Veamos de que se trata.

Dredge está disponible para  PlayStation 4, PlayStation 5, , Xbox One,  Xbox Series X/S, Windows y Nintendo Switch.

“Si, locos mortales, el diluvio de Noé no se ha terminado todavía; aún cubre dos tercios de este hermoso mundo”

Pocas cosas me generan ese nerviosismo peculiar, no hablo de miedo, pero si desconfianza ante lo desconocido, que el mar, o mejor dicho, la idea del mar. Comprendo que es inmensurable, que está habitado por una fascinante fauna adaptada a sus variables condiciones y que no hay monstruos ni secretos oscuros. Y sin embargo, repito, la idea del mar me pone nervioso. ¿Yo? Mejor me quedo en la orilla, gracias. Dredge se aprovecha de esta inquietud para engancharnos con una historia Lovecraftiana y una jugabilidad que fluctúa entre momentos de placidez y otras de pánico.

El juego comienza de manera muy simple: nuestro personaje tiene la mala fortuna de, al llegar a un archipiélago llamado Greater Marrow, dañar su barco hasta dejarlo inservible. Por suerte el Alcalde del lugar nos proporciona una nueva embarcación y nos pide que salgamos a pescar para alimentar a la población y pagar nuestra deuda. Rápidamente nos ponemos en marcha y notamos que los controles de nuestro bote se sienten muy bien, el mismo tiene peso, inercia, y es ágil. Además pescar es relativamente sencillo.

Simplemente nos acercamos a un punto en el agua en el que notamos movimiento de peces, lanzamos la caña y después de un minijuego en el que debemos tocar el botón de pesca en el momento preciso, en general tres veces seguidas, capturamos nuestra presa y la subimos al barco. Es más interesante el tema de administrar la carga de nuestra embarcación; esta se nos presenta en forma de grilla, ocupada en principio por el motor y la caña, y en la cual deberemos colocar los peces y objetos que vamos dragando del océano. Pero claro, los peces pequeños ocupan solo un lugar de esta grilla (y se venden por poco dinero en el puerto), mientras que un tiburón, por ejemplo, nos da más ganancia pero ocupa muchos más espacios, y de una forma “incómoda”. Me recordó a la valija de los Resident Evil, o a un tetris. Obviamente a medida que obtenemos más dinero podemos obtener nuevas cañas para así pescar en lugares en los que no podemos al principio, como en aguas abiertas o en profundidades abisales, como así también redes de pesca, trampas para cangrejos, motores más rápidos y también agrandamos la embarcación para tener más espacio. Todo esta parte del juego, la de gestión, es sencilla y adictiva, porque si bien es repetitiva, nos permite entrar en un loop muy reconfortante, en el que jugamos casi sin pensar. Por suerte, la historia no trata simplemente de un pescador en busca de ganarse la vida con su profesión, si no que nos guarda varias sorpresas que quiebran la monotonía y elevan el juego y lo convierten en algo especial.

“Aunque en muchos de sus aspectos este mundo visible parece formado en amor, las esferas invisibles se formaron en el terror”

Hete aquí que la advertencia que nos dan al partir por primera vez del puerto (“vuelve antes del anochecer”) no es en vano. El juego tiene un reloj interno, que avanza cuando realizamos acciones (movernos y pescar, básicamente). Y el mapa es abierto, podemos ir a casi cualquier punto del mismo desde el primer momento, aunque claro, para acceder a algunos lugares debemos destrabar ciertas habilidades. El problema es que durante las horas sin sol, empiezan a suceder cosas extrañas.

Rocas que nos cortan el paso aparecen de repente, en lugares que juraríamos antes estaban liberados. Y un barco fantasma nos persigue (¿es un barco?) con intenciones funestas. Y “algo” nos observa incesantemente. Por si fuera poco,  nuestro personaje precisa dormir, y mientras menos lo hace, mayores son estos peligros, y mayores las chances de que nuestra embarcación resulte dañada, perdamos parte de nuestra carga y los costos e reparación sean mayores. Por si fuera poco, entre los animales que sacamos del agua, a veces encontramos aberraciones, peces similares a los que ya atrapamos pero con deformidades, más valiosos pero inquietantes. Las descripciones de todo lo que podemos pescar las podemos leer en una enciclopedia, y son deliciosas.

Así, mientras visitamos los distintos puertos del archipiélago, vamos conociendo a sus habitantes y vamos corriendo el velo del secreto que ocultan las aguas en apariencia plácidas. En ocasiones podemos elegir nuestra respuesta en las conversaciones, pero en general no hay muchas opciones, la idea es disfrutar del desarrollo de la historia sin demasiada intervención nuestra.  Debo aclarar que el juego nunca llega a ser de terror, de esos que no te dejan dormir, es todo más ominoso que horroroso, así que hasta el más miedoso de nosotros puede disfrutarlo sin problemas.

“Lo que aquí se intenta  es nada menos que la clasificación de los constitutivos de un caos”

Una de las razones de que Dredge no quede encasillado en “juego de terror” es el estilo elegido para los gráficos. Algo caricaturescos, un 3D estilizado, con una paleta de colores cálidos. El océano se ve precioso, la puesta de sol siempre parece de postal, y las noches son cerradas, nuestro barco una pequeña luz en la inmensidad de la peligrosa oscuridad. Los retratos de los personajes, objetos y animales, son detallados, nunca animados. La cámara isométrica nunca molesta, y nunca experimenté caída en los frames ni ningún bug. La música me decepcionó un poco, peca de demasiado genérica para mi gusto, queda demasiado de fondo.

 “Y se hinchaba, se hinchaba, seguía hinchándose inexorablemente el negro mar, como si sus vastas mareas fueran una conciencia, y la gran alma del mundo tuviera angustia y remordimiento por el largo pecado y el sufrimiento que había engendrado”

LO MEJOR

  • La atmósfera general, de día plácida, de noche amenazante.
  • El manejo del inventario y recursos.
  • La enciclopedia

LO PEOR

  • La música es lo más flojo
  • A veces puede sentirse muy repetitivo

Dredge

  • 9.0

    Score

    Dredge logra hacerse un lugar en la mesa de candidato a juego indie del año gracias a que se enfoca en hacer pocas cosas pero todas bien. Exploración de un mapa muy bien cuidado, jugabilidad de pesca y de organización de lo pescado diseñado para que no aburra a pesar de que las repitamos 1.000 veces, historia intrigante, hasta nos engancha con la idea de completar el álbum con todas las especies y variaciones que es posible pescar. Lo principal es que es divertido y relajante. Solo no hay que olvidarse de volver a casa antes de que salga la luna.
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