Es altamente probable que sean negativas las dos cosas que mas recuerde en el futuro de este RPG. Y sería injusto porque, con honestidad, me divirtió muchísimo. Asi que ténganlo en cuenta.
Immortal Fenyx Rising saldrá el 03 de Diciembre para PS4, Xbox One, PC, Stadia, Switch, Xbox Series X/S y PS5.
Fue culpa de Zeus
Lo primero negativo lo cuento rápido y ahora: es el primer videojuego, y el único, que tildó la PS4 en los seis años desde que la tengo. A diferencia de videojuegos que he reseñado en el pasado cercano (como Call of Duty o Crash Bandicoot), la consola no parecía estar requiriendo todo su potencial para correrlo. Sin embargo, en una pantalla de carga, mi Fenyx se «freezó» en medio de su vuelo (?) y PS4 me devolvió una BLUE SCREEN OF DEATH. O algo así. En realidad me preguntaba si quería avisar del cuelgue para recabar datos. En fin. El tema es que luego me mandó a la interfaz de la consola y tuve que reiniciar el juego. POR SUERTE, desde el mismo lugar que había colgado.

Lo segundo negativo lo cuento al final. Si son así de botones que solo les interesa eso, pueden scrollear.
La charlita de Prometeo

Immortal Fenyx Rising es un RPG «innovador» en ciertos sentidos, sobre todo en esta época plagada de videojuegos del género donde abundan los kilométricos mundos abiertos llenos de NPCs pidiéndonos pavadas a las cuales accedemos por razones de leveling y recompensa. Permanece lo de kilométrico, como en otros juegos de Ubisoft, el mapa de Immortal Fenyx Rising es enorme, con regiones separadas e inspiradas por los dioses griegos. La cuestión con su enormidad es que, por razones argumentales, nuestro camino es muy solitario.

Fenyx, nuestro personaje (yo me hice una chica), despierta en una costa oceánica y no puedo enfatizar la cantidad de RPGs que arrancan así pero calculo que ya es casi un tropo-homenaje (?). Está sola y se dirige a la búsqueda de su hermano al cual encuentra petrificado junto al resto de la población. El causante de esta desgracia es Tifón, un villano enorme y diabólico que, vaya novedad, fue calumniado y encerrado por Zeus.
Como Immortal Fenyx Rising es un juego donde nos vamos a sentir muy solos muy rápido, todo nuestro viaje va a estar aderezado por la presencia de los dioses que requieren nuestra ayuda: Zeus y Prometeo están desde el minuto cero. Es Prometeo quien de manera muy humorística relata a Zeus nuestro camino. Lo de humorístico es canónico a lo largo de todo el juego. Immortal Fenyx Rising elude la solemnidad que suelen tener muchos RPGs actuales, principalmente desde el guión, pero sin duda también desde el estilo visual, mucho mas cercano a la apariencia de Fortnite por ejemplo, que a Assassins Creed. Hay un énfasis en la belleza de los escenarios que no requiere de realismo brutal.

Es Hermes el primer Dios que nos ayuda en el largo prólogo/tutorial que tiene el juego (que incluye una secuencia de créditos falsa muy graciosa), y desemboca en el “Salón de los Dioses”, una suerte de centro de control donde podremos hacer todo lo que se suele hacer en múltiples sitios en el resto de los RPGs. Cambiar nuestro aspecto; mejorar nuestras armas (espada, hacha, y arco); crear nuestras pociones para recuperar salud, resistencia, ataque o defensa; incrementar nuestra resistencia; comprar mejoras cosméticas o habilidades (con micropagos o monedas de Caronte, uno de los ítems a farmear).
Dado que no jugué al Legend of Zelda: Breath of The Wild, no se qué tanta es la proporción de homenaje / choreo que tiene este videojuego. Por supuesto que prácticamente todo se inventó hace eones. Es la forma de presentación lo que debería sorprendernos. En cualquier RPG, uno entra a un dungeon / santuario o “Cámaras de Tártaro” como se llaman en Immortal Fenyx Rising, para conseguir delicioso loot. Lo que sucede en esos dungeons debería ser novedoso. Fenyx penentra en estas cámaras opcionales (pero no tanto) para conseguir los poderes divinos y los Rayos de Zeus fundamentales para incrementar nuestra resistencia, porque todo requiere de ella. Volar con las alas de Dédalo, saltar, escalar, nadar, luchar, usar nuestros alquilados poderes especiales. Es muy fácil quedarse sin resistencia a mitad de un vuelo y estrolarse. Es brutalmente sencillo ahogarse en el medio de una secuencia de nado (extrañé mucho a mi amigo Geralt).

Resistiré

Dado que es un mundo vacío, el paisaje se ve aderezado solo por criaturas enemigas, los esbirros humanos de Tifón, y nuestras ocasionales monturas en forma de animales dóciles. No tienen mucho sentido a nivel mecánica dado que Fenyx, una vez alada, puede planear distancias enormes y entonces las monturas terminan siendo como el batimovil en Arkham Knight. Sin embargo, no dejan de ser una idea simpática mientras se recorren las diferentes aéreas a nivel terrestre resolviendo los objetivos del vasto mapa, cuya locación podemos descubrir usando nuestra Vista de Lince. No hay «Main y Secundarias». Todo el mapa tiene diferentes objetivos a cumplir, muchos de ellos opcionales. Tampoco hay experiencia que ganar ni niveles que subir.

El mundo abierto de Immortal Fenyx Rising está disponible desde el principio para que uno descubra como asistir a los cuatro dioses dementes que están en peligro. El mayor problema de apurarse va a ser nuestras barras de Resistencia y no estar bien provisto de pociones. Algunas batallas pueden ser largas y aunque no especialmente complicadas, cuando se suman enemigos aéreos con los de a pie, morir es una opción factible.
No obstante, y de vuelta, a diferencia de la multitud de RPGs contemporáneos, el fuerte de Immortal Fenyx Rising son los puzzles. De hecho, podríamos decir que el grueso del tiempo lo pasamos resolviendo rompecabezas para abrir puertas, trechos o caminos. Se lucha, sí, y es muy entretenido hacerlo, pero no está puesto ahí el énfasis. No hay que descubrir estrategias especiales para vencer. Supongo que Ubisoft no quiso que todos sus RPGs se asemejaran y por eso decidieron hacer uno que directamente se pareciera al Zelda (?). No lo tengo claro, insisto, no lo jugué y no creo poder jugarlo en el futuro cercano, así que si decidieron desarrollar un Zelda para los poseedores de otros sistemas, bienvenido sea. Yo me divertí.

Fue culpa de Zeus, la secuela
Immortal Fenyx Rising es un videojuego que disfruté a pesar de –acá viene- su segundo negativo:
Al principio del juego hay una cámara cerrada a la cual llegamos persiguiendo a Hermes que sin ninguna razón argumental nos robó los brazaletes que nos otorgan el poder de levantar objetos pesados. Convencido yo que esta secuencia nos llevaba a aprender una nueva mecánica, me introduje en el puzzle. La idea era mover un bloque pesado sobre un botón para activar un área. Lo logré una sola vez y nunca mas pude repetir la mecánica. No aparecía una pista en pantalla. No aparecía nada en los controles ni en el tutorial. Intentando la combinación de botones, apenas podía mover el bloque unos centímetros. Por supuesto, poca gente tiene aún el juego, dado que sale el 3 de diciembre, y aparte, la prensa tiene embargo hasta HOY, con lo cual el material online es escaso. Hablando con un amigo que escribe en otra página me dijo que iba a consultar con una persona que había hecho la reseña del demo que salió en septiembre. Minutos después, me llegó un audio de Whatsapp que explicaba la combinación de teclas… la cual correspondía al poder con los brazaletes. El único video online que encontramos mostraba a Fenyx levantando el bloque con el poder de los brazaletes. ¿Qué carajos pasaba entonces?
Pasaba que el puzzle en realidad era para aprender a usar las flechas teledirigidas. El bloque en realidad es inamovible. La única razón por la cual lo pude empujar primariamente fue por un bug.
Bug. Ubisoft. El chiste se cuenta solo hermano.
Estuve literalmente dos días trabado ahí.


Conclusión
No lo voy a negar, me divertí mucho. Me gustó que Ubisoft, aún homenajeando descaradamente a Nintendo, se la jugara por un RPG entretenido, hilarante, ágil y lleno de puzzles, todo aderezado por el soundtrack inmenso de Gareth Coker.
Quizás por momentos se sienta raro estar tan sólo en un pequeño gran universo. No obstante, así nos vamos de nuestro mundo también.


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